SOBRE LOS ORÍGENES DEL FUERO DE SOBRARBE, EL DE LAS LIBERTADES ARAGONESAS.

09.07.2018 09:51

               

                “Según en nuestra historia general se contiene murió en el año de 839 (el rey Iñigo Arista) y fue enterrado en el monasterio de San Salvador de Leire, y dejó un hijo de la reina Teuda su mujer, que se llamó don Garci Iñíguez.

                “Antes de esto se refiere en la historia del príncipe don Carlos que por concordar entre sí los navarros y aragoneses en muy grandes disensiones y diferencias que tenían, se ordenó el fuero que dijeron de Sobrarbe e hicieron sus establecimientos y leyes como hombres que habían ganado la tierra de los moros. En el principio de aquel fuero se dice haber sido ordenado cuando estaba sin rey siendo España ganada de los moros, y que entonces tuvieron recurso al Sumo Pontífice y a los lombardos y francos para escoger de sus leyes lo que mejor les pareciese.

                “Establecieron, según por aquel fuero parece, que pues de común consentimiento de todos le elegían rey y le daban lo que ellos habían ganado de los moros, que ante todas cosas les jurase que los mantenía en derecho y siempre les mejoraría sus fueros y que partiría la tierra con los naturales de ella así con los ricos hombres como con los caballeros e infanzones, y que ningún rey pudiese tener corte ni juzgar sin consejo de sus súbditos y naturales, ni moviese guerra o paz con otro príncipe ni tregua alguna ni negocio que fuese importante, sin acuerdo de doce ricos hombres o de doce de los más ancianos y sabios de la tierra, y otros estatutos, según en aquel fuero se contiene.

                (…)

                “Escriben algunos autores que siendo elegido Iñigo Arista concedió a los aragoneses que si contra derecho o fuero los quisiese apremiar o quebrantase sus leyes y lo que estaba entre ellos establecido cuando lo eligieron por rey no teniendo más parte ni derecho en la tierra del que se había ganado en común con ayuda de ellos, en tal caso pudiesen elegir otro rey, o fiel o pagano, cual ellos por mejor tuviesen; y que en lo que tocaba a poder elegir rey infiel, siendo cosa tan deshonesta, no lo quisieron admitir.”

                Jerónimo de ZURITA, Anales de Aragón. Edición de Ángel Canellas, edición electrónica de Javier Iso (coordinador), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Libro I.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.