SEMBLANZA DE DON ÁLVARO DE LUNA.

16.11.2023 07:14

 

    “Es de saber que este condestable fue pequeño de cuerpo y menudo de rostro, pero bien compuesto de sus miembros, de buena fuerza y muy buen cabalgador, asaz diestro en las armas y en los juegos de ellas muy avisado, en el palacio muy gracioso y bien razonado, como quiera que algo dudase en la palabra, muy discreto, gran disimulador, fingido y cauteloso y que mucho se deleitaba en usar de tales artes y cautelas, así que parece que lo tenía por natura. Fue tenido por esforzado aunque en las armas no tuvo gran lugar en mostrarlo, pero en esos lugares que se acaeció mostró buen esfuerzo; en las porfías y debates del palacio, que es otra segunda manera de esfuerzo, se mostró muy hombre.

    “Se preciaba mucho de linaje, no acordándose de la baja y humilde condición de su madre. Tuvo asaz corazón y osadía para aceptar y usar de la gran potencia que alcanzó, sea porque duró en ella gran tiempo y la hubo convertido como en natura, sea porque su andanza y presunción fue grande, pues más uso poderío de rey que de caballero.

    “No se puede negar que él no tuvo muchas virtudes cuanto al mundo, pues le placía mucho platicar sus hechos con hombres discretos y les agradecía con obra los buenos consejos que le daban. Ayudó a muchos con el rey y por su mano tuvieron mercedes del rey y grandes beneficios, e hizo daño a muchos, también perdonó a muchos grandes yerros que le hicieron. Fue codicioso, en gran extremo, de vasallos y de tesoros, tanto así como los hidrópicos nunca pierden la sed, así el nunca perdió la gana de ganar y tener, nunca recibiendo hartura su insaciable codicia, pues en el día que el rey le daba o, mejor diría, él le tomaba una gran villa, aquel mismo día tomaría una lanza (una renta militar) del rey si vacase: así que deseando lo mucho no desdeñaba lo poco.”

    Fernán Pérez de Guzmán, Semblanzas y generaciones, Madrid, 1947, pp. 84-85.

    Selección y adaptación al castellano actual de Víctor Manuel Galán Tendero.