SAN JORGE, MITO Y CONMEMORACIÓN. Por Lucía Ferrer Jaro.

05.08.2014 17:01

    El 23 de abril se conmemora la muerte de este santo en el 303, un santo que es el patrón de Bulgaria, Etiopía, Georgia, Inglaterra, Portugal o la ciudad de Tombuctú o la argentina Pichanal. En España lo veneran Aragón, Cataluña, Baleares, Alcoy, Santurce o la albacetense Golosalvo, donde se conserva una escultura de Salzillo en honor a San Jorge. Los Scouts también se acogen a su protección.

    Una conocida versión de la leyenda insiste en que una princesa fue rescatada por el caballeroso San Jorge matando al dragón que asolaba su reino. De la sangre de la bestia emanó una rosa roja, que el santo regaló a la muchacha. Menos conocida es la continuidad de tal historia. Al renunciar San Jorge a abjurar del cristianismo para casarse con la princesa, el rey ordenó su martirio y muerte.

    El dragón, símbolo del mal, ha sido suplantado en la versión alcoyana por los moros, pues según la tradición el santo salvó a la villa de Alcoy de una devastadora incursión sarracena, recordado con fastuosidad todos los años en sus famosos Moros y Cristianos. El caballeroso San Jorge siempre ha encarnado la defensa de una causa que se pretendía justa contra sus rivales, invocando interesadamente su patrocinio en el campo de batalla los suecos en la Edad Moderna durante sus guerras contra los daneses.

    Junto a esta vertiente guerrera, San Jorge ofrece una cara más amable. En 1996 la UNESCO declaró el 23 de abril Día del Libro, y en Cataluña se celebra su día de los enamorados, en el que los hombres regalan las rosas a sus enamoradas y mujeres estimadas, correspondiendo ellas con el obsequio de los libros. Es costumbre catalana que esta jornada sea también laborable en recuerdo de la prohibición de la fiesta, muy ligada al catalanismo, bajo la dictadura de Primo de Rivera. San Jorge es ante todo celebración de la cultura y de las letras hispanas en recuerdo de la muerte un 23 de abril del Inca Garcilaso, y de Cervantes y de Shakespeare, aunque el inglés todavía falleció bajo el calendario juliano y el español ya lo hizo bajo el gregoriano.