RUSOS CONTRA TURCOS EN TERRITORIO RUMANO. Por Robert Lucian Puraniu.

09.09.2014 15:24

 

                Entre 1806 y 1812 los imperios turco y ruso se enfrentaron encarnizadamente. Los turcos otomanos no se resignaron a ser descabalgados de su preeminencia en la Europa Oriental, y trataron de aprovechar por todos los medios la derrota de sus rivales austriacos y rusos ante Napoleón en Austerlitz para reforzar su autoridad sobre los principados rumanos, en teoría bajo su dominio pero en realidad en manos de amigos del zar. La conquista napoleónica de Dalmacia vino en apoyo de su decisión.

                Enfrentado con la acometida napoleónica, el zar Alejandro I no pudo distraer tropas de consideración contra los turcos De todos modos en Obilesti los turcos fueron frenados en su camino hacia Bucarest por una fuerza de 4.500 soldados y la armada rusa castigó a la turca en los Dardanelos.

                La situación se mostró más favorable al zar en 1807 al firmarse la paz de Tilsit con Napoleón, que aprobaba las campañas de anexión rusas contra Finlandia y el imperio otomano a cambio de sumarse al bloqueo continental contra Gran Bretaña.

                Los rusos cruzaron el Danubio hacia el Sur con mayores fuerzas, librándose los combates en territorio hoy en día rumano. En junio de 1811 el cauto comandante ruso Kutúzov ordenó a sus fuerzas pasar el Danubio de retorno a Besarabia, temiendo ser atrapado por los turcos con ayuda francesa. Meses más tarde un destacamento aislado ruso alcanzó nombradía sorprendiendo por la noche al ejército de Ahmed Pasha, cayendo 9.000 turcos.

                En 1812, el año de la invasión napoleónica de Rusia, se firmó el tratado de Bucarest por el que el imperio otomano entregaba al zar Besarabia. La guerra había demostrado no sólo las dificultades de los imperios turco y ruso a la hora de desplegarse al calor de la guerra europea más general, sino también la existencia de un núcleo rumano que en el siglo XIX, el de las nacionalidades, reclamaría su lugar en el mapa de los Estados independientes. Sus dirigentes pro-rusos  se decantaron contra los otomanos en busca de su propio proyecto político.