LA SUMISIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LOS SIOUX.

07.01.2024 12:14

               

                El 23 de julio de 1851, varias agrupaciones sioux aceptaron el tratado de Traverse con el gobierno de los Estados Unidos. A cambio de 1.665.000 dólares, aquéllos cedieron ocho millones y medio de hectáreas en Iowa, Minnesota y Dakota del Sur, destinadas a la colonización. Sin embargo, detrás de la maniobra no estaba el interés por asentar a gentes sin tierras, sino la pretensión de los especuladores de terrenos. Los sioux fueron confinados en las reservas del río Minnesota, a la par que crecía el número de colonizadores. Cuando en el verano de 1862 no se les suministró los alimentos prometidos, estalló una feroz rebelión, que fue ahogada en sangre. Todo ello fue denunciado posteriormente por uno de los jefes de los sioux en términos nada equívocos:

                “Se ha hablado mucho de las causas de la guerra de 1862. Entre los indios reinaba un gran descontento. Los blancos querían obligarles a abandonar su modo de vida para que vivieran como los blancos (cultivar, trabajar mucho e imitarles), pero los indios no sabían cómo arreglárselas y, además, no querían. Les parecía un cambio muy repentino. Si los indios hubieran querido obligar a los blancos a vivir como ellos, los blancos también se hubieran resistido. Los indios querían vivir como habían vivido antes del tratado de Traverse  de los sioux: ir a dónde les parecía y hacer lo que quisieran; cazar donde encontraban caza, vender las pieles a los comerciantes y subsistir como podían.

                “Aparte de esto, los indios creían que los comerciantes se habían portado mal. Los indios les compraban las mercancías a crédito y cuando llegaban las indemnizaciones del gobierno aparecían los comerciantes con sus libros y decían que los indios les debían tanto y cuánto. Como los indios, por su parte, no llevaban contabilidad alguna, no podían discutir las cuentas de los comerciantes y no tenían más remedio que pagar. A veces, los comerciantes se quedaban con todo su dinero.

                “También muchos blancos engañaban y maltrataban a los indios. Los blancos parecían decir con su actitud: Soy mejor que tú; y a los indios eso no les gustaba. Además, los hombres blancos han abusado de las mujeres indias y las han deshonrado, y esto no tiene perdón. Por todas estas razones muchos indios odiaban a los blancos.”

                Testimonio de un jefe sioux. Historia Universal Labor. Tomo 8. Textos y documentos de Historia Moderna y Contemporánea, Barcelona, 1989, p. 130.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.