LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ARMADA ESPAÑOLA DEL XVIII. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

31.03.2024 11:20

               

                A comienzos del reinado de Felipe V, la armada española vivía horas bajas. La preservación de sus intereses comerciales, de sus dominios indianos y de la seguridad de sus costas obligaba a emprender una política decidida de reconstrucción naval.

                Se estableció en 1714 la Armada Real con carácter centralizado, nombrándose en 1717 a José Patiño su intendente general. Algunos historiadores lo han considerado el Colbert español, impulsor de astilleros y arsenales. Estableció en La Coruña y en Cartagena sendas bases navales.

                El embajador británico Benjamín Keene observó con preocupación los avances de la armada española, que disponía a la muerte de Patiño (1736) de treinta y seis navíos de línea, nueve fragatas y dieciséis buques más pequeños.

                Sin embargo, sus tripulaciones y oficiales todavía no estaban lo suficientemente avezados, algo que pasó factura en la guerra contra los británicos de 1739-48. Los españoles, no obstante, no se dieron por vencidos. En 1746, el marqués de la Ensenada asumió la administración de la Armada Real. Se invirtieron unos veinte millones de pesos en la modernización de las dársenas, compra de materiales y construcción de barcos. En el arsenal de La Habana se construyó el mayor buque de su época, el Santísima Trinidad, dotado de cuatro cubiertas y ciento treinta y seis cañones. En marzo de 1763 se hizo a la mar.

                El sabio Jorge Juan fue nombrado maestro constructor por el marqués. Durante un año investigó en Gran Bretaña sus técnicas de construcción naval, espió sus diseños secretos y contrató a sesenta constructores de navíos.

                Los esfuerzos tuvieron éxito. Los dieciocho barcos de guerra y embarcaciones menores de 1751 pasaron en 1760 a cuarenta y siete navíos de línea y veintiuna fragatas, lo que no evitó su derrota a manos británicas en 1762. El talón de Aquiles de los españoles en los mares no residía en sus diseños navales, sino en el gobierno de los barcos y su utilización español. Fue algo complicado de solucionar.

                Para saber más.

                Rafael Torres Sánchez, Historia de un triunfo. La Armada española en el siglo XVIII, Desperta Ferro, 2021.