LA ISLA ROMANA DE LA SALUD, LA TIBERINA. Por José Hernández Zúñiga.

04.04.2018 16:08

                Todos los caminos conducen a Roma, según se ha sostenido habitualmente. Una de las razones históricas de ello ha sido una isla que ha permitido atravesar el río Tíber, al enlazar el Norte con el Sur de la costa del mar Tirreno, la isla Tiberina.

                Según las tradiciones de la Urbe, la ínsula se formaría cuando los romanos destronaron a Tarquinio el Soberbio. Arrojaron en el Tíber las mieses que había saqueado aquél del espacio donde se establecería el Campo de Marte, a Septentrión de las murallas alzadas por el rey Servio Tulio. Plutarco nos informa que los bienes del aborrecido monarca fueron incautados e incluso arrasados por el Pueblo Romano al ponderar su vileza.

                Lo cierto es que la isla se había formado naturalmente siglos antes, en el tramo ensanchado del Tíber en el que la corriente se remansa. Los romanos la protegieron con una fuerte muralla e incluso la remodelaron hasta darle forma de un casco de una embarcación. Tal imagen se hizo más patente cuando se dispuso un obelisco a modo de palo de una arboladura naval.

                Las enfermedades, como la peste, atacaron a los romanos como a otros pueblos de la Antigüedad con fiereza, y en el 291 antes de Jesucristo se inició la construcción en la isla de un templo consagrado al dios de la medicina Esculapio.

                El templo se rodeó de pórticos y de otros edificios para dar cobijo a los enfermos que acudían allí en busca de salud. No en vano las funciones hospitalarias de la isla se han mantenido hasta la actualidad.

                Para unir la isla a la tierra firme se construyeron dos puentes. En el 62 antes de Jesucristo se tendió en dirección a la orilla izquierda el puente Fabricio, todavía en pie, y en el 46 antes de nuestra Era el Cestio, que reconstruyeron completamente en el 370 los emperadores Valentiniano, Valente y Graciano, muy recompuesto a finales del siglo XIX.

                La isla Tiberina se convirtió en un referente de la antigua Roma.

                La isla Tiberina reconstruida.

                Su aspecto actual.