LA IMPRONTA CULTURAL DE LOS ESCLAVOS DE LUISIANA. Por Gabriel Peris Fernández.

09.06.2018 13:09

               

                Luisiana no concitó grandes deseos de establecerse entre los franceses, por mucho que su gobierno deseara fortalecer su posición en este rincón de la América Septentrional. Los marineros que regresaron a Francia tras el fracaso de la Compañía del Misisipi, auspiciada por el financiero Law, contaron historias desalentadoras de hambre y animales feroces, de tal manera que hacia 1731 solo 1.600 franceses habitaban con dificultad la Baja Luisiana.

                Desde la extensa región africana de Senegambia, se arrancó un considerable número de esclavos por parte de franceses, ingleses y otros europeos. En aquel año, los primeros contaron con unos 3.600 en la Baja Luisiana, que han sido considerados clave por la historiografía más reciente para la supervivencia de la colonización francesa allí. Los africanos fueron duchos cultivadores de arroz y añil, y bien puede sostenerse que dieron principio a la agricultura comercial de Luisiana.

                La llegada de africanos se fue ralentizando a partir de 1731, y los grandes plantadores franceses encontraron útil promover las familias nucleares esclavas. Bajo la dura opresión legal de la esclavitud, conservaron sus costumbres africanas mejor que los esclavos de las colonias de la América inglesa. Todavía a día de hoy su herencia se encuentra bien presente en la música, la cocina, el lenguaje y las costumbres del territorio de Luisiana.