LA I GUERRA MUNDIAL Y LA GUINEA ESPAÑOLA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

08.03.2020 11:15

                La I Guerra Mundial, la Gran Guerra, fue una intensa colisión entre imperios que chocaron con especial virulencia en los campos de batalla de Europa, donde se decidió el destino de la contienda verdaderamente. Sin embargo, África no se vio libre de los desastres bélicos. Los alemanes se habían hecho con un imperio colonial disperso, estratégico y rico, de dimensiones muy inferiores al británico o al francés pero nada menospreciable.

                Los alemanes plantaron cara. Franceses y británicos no perdieron oportunidad de ampliar sus dominios. Mientras los franceses controlaban Gabón por el Sur y por el Norte Camerún los alemanes, los españoles se encontraban en medio reducidos a un pequeño territorio continental, Río Muni.

                Sus tierras, pobladas por los fang mayoritariamente, formaban parte de la Guinea española junto a la isla de Fernando Poo (Bioko) y otras. El control español en Río Muni todavía era precario en aquellos tiempos y sus tierras fueron invadidas en más de una ocasión por las columnas de los ejércitos en guerra. Las alemanas no vacilaron en tomar por la fuerza a muchos fang como soldados. De poco sirvió la denuncia en 1915 del acuerdo de policía de 1913 entre los gobiernos coloniales de Camerún y Guinea española.

                En esta situación, el descontento fang aumentó y se produjeron diversos levantamientos contra el poder colonial. Bajo la ejecutoria del gobernador Ángel Barrera se acometieron ataques para sofocarlos. Se quemaron poblados y cosechas, se disparó gran cantidad de munición y se tomó como rehenes a mujeres y niños. Un grupo era fuertemente castigado por la acción de algunos. Los casi 60.000 soldados aliados, incluyendo contingentes de origen africano, no pudieron impedir la entrada de muchos alemanes a Río Muni y el gobernador les acusó de proporcionar armas a los fang para cazarlos, lo que enconó el problema. La violencia debilitó la cohesión de los grupos fang y facilitó que en años sucesivos se difundiera con mayor facilidad la gripe y la viruela, con temibles estragos.

                Las operaciones militares desplazaron a muchas personas, especialmente cuando en febrero de 1916 se rindiera la fortaleza de Mora. El comandante alemán Carl Zimmermann dio la guerra de Camerún por perdida. No pocos africanos huyeron de franceses, belgas y británicos hacia el área española. En Bata llegaron a concentrarse hasta 45.000 personas, a las que no se pudo atender debidamente. A 25.000 de las mismas se les deportó a Camerún y no pocas de las restantes terminaron en verdaderos campos de concentración en la isla de Fernando Poo, con unas condiciones harto deplorables. La acción de bloqueo naval practicada a veces por los buques aliados empeoró la situación.

                        

                Las presiones británicas y francesas sobre las autoridades españolas en Guinea también habían sido fuertes. En 1915 el activo vapor Antonico, de la Compañía Trasatlántica, había sido abordado en busca de mercancías y cartas por naves de guerra de los aliados. Tras la caída de Camerún, a los británicos les preocupó sobremanera el destino de los alemanes que habían pasado a la Guinea española. Se los solicitaron al gobernador Barrera, que decidió mandar a la Península unos 875, a desembarcar en Cádiz, según los tratados internacionales. Se convino con el general Charles Macpherson Dobell que era preferible a que permanecieran en África tramando una hipotética recuperación del Camerún alemán. Algunos de aquellos alemanes lograrían llegar desde España a los neutrales Países Bajos, desde donde viajaron a su patria antes del fin de la guerra.

                Algunos cameruneses pro-alemanes, como el gran jefe de los beti del centro de Camerún (emparentados con los fang), terminaron residiendo en Madrid como huéspedes ilustres gracias a los fondos del II Reich. Sin embargo, la crueldad hacía los más débiles había dominado este triste episodio, a menudo olvidado, de la Gran Guerra, engrosando la triste historia de las víctimas de los conflictos bélicos.

                Bibliografía.

                Gonzalo Álvarez Chillida, “Misión católica y poder colonial en la Guinea española bajo el gobernador general Ángel Barrera (1910-1925)”, en Gobernar colonias, administrar almas, pp. 181-206. Librería en línea de la Casa Velázquez, 2018.

                Gustau Nerín, La última selva de España: antropófagos, misioneros y guardias civiles. Crónica de la conquista de los Fang de la Guinea Española, 1914-1930, Madrid, 2010.