KALKA, LOS MONGOLES VENCEN A LOS RUSOS. Por Mijail Vernadsky.

26.05.2018 10:38

               

                A comienzos del siglo XIII, el principado de Kiev se extendía orgulloso por tierras de las actuales Ucrania y Rusia. Su numeroso ejército imponía respeto a los poderes cercanos, pero entonces apareció desde el interior de Asia un enemigo que remodelaría la geografía política del Viejo Mundo, los mongoles.

                Unidos por Gengis Kan tras laboriosas operaciones, los ejércitos mongoles avanzaron hacia la Europa Oriental tras conseguir una serie de victorias en el Asia Central. Se confió una fuerza ciertamente considerable de 40.000 hombres a dos de sus más capaces generales, Jebei y especialmente Subutai, al que algunos estudiosos del arte militar han considerado a la altura del mismo Gengis Kan.

                En la primavera de 1221 cruzaron el Don. Se internaron por el Cáucaso. Se ha sostenido que solo se trataba de una simple incursión de reconocimiento y tanteo, a pesar del número de los combatientes y de la calidad de sus comandantes 

                Los ejércitos del principado de Kiev se dirigieron contra los mongoles, superándolos incluso en cifras. Lejos de sus bases de partida y enfrentados a un rival poderoso, los mongoles corrían el riesgo de ser aniquilados. Tras no pocas maniobras, llegó la hora de la verdad un 31 de mayo de 1223 en el río kalka, en las vecindades de la actual ciudad de Donetsk. Allí se libró una magna batalla.

                Fieles a sus tácticas, compartidas por otros pueblos de la estepa asiática, los mongoles simularon una retirada ante las tropas de Kiev. Cuando alcanzaron las riberas del Kalka, se volvieron contra sus perseguidores, dispuestos a plantar cara.

                Desde otro flanco, los jinetes ligeros mongoles, algunos desmontados, dispararon contra los rusos una verdadera lluvia de flechas. A pesar de todo, las acosadas tropas de Kiev no solo se mantuvieron firmes, sino que obligaron a los jinetes a retroceder al otro lado del Kalka. El contrataque mongol amenazaba con hundirse.

                Entonces, Subutai ordenó a sus unidades de caballería pesada avanzar con todo su ímpetu contra los rusos, en una maniobra de fuerza que no se acostumbra a asociar a los mongoles.

                La acción tuvo éxito, pues los rusos fueron empujados y obligados a retirarse. Las vanguardias en retroceso llegaron a colisionar con la retaguardia que avanzaba para contener a enemigo. Se ha dicho que solo una cuarta parte de las fuerzas de Kiev, a la sazón muy heterogéneas, había recibido la debida instrucción para ir al campo de batalla.

                En medio de la confusión, los mongoles atacaron por los flancos, en tenaza. Intentaron fortificarse con sus carros los rusos para frenarlos, pero se vieron rebasados y emprendieron la huida. Los mongoles los persiguieron a lo largo de noventa y seis kilómetros. Se alzaron con un triunfo que fue mortal para la cohesión y la estabilidad del principado de Kiev. Las puertas de Europa estaban abiertas a la nueva invasión de las estepas.