EL TERRIBLE ANECDOTARIO DE LOS AÑOS DEL MIEDO.

10.12.2014 06:52

 

                El estudio de la época contemporánea a veces nos obsequia con la prodigalidad de sus fuentes, algunas hasta ridículas a ojos de severos académicos. Las canciones más estrafalarias o las diversiones más elementales nos resultan diáfanas a las personas que hemos conocido, que hemos vivido aquellos años. Nuestros recuerdos también son otro manantial de conocimiento, y al mismo tiempo tamizan más de lo que nos pensamos nuestra lectura de los documentos escritos y gráficos.

                La España de la postguerra no es para nosotros la Sumeria del tercer milenio antes de Jesucristo. Es un país que conocemos bien, demasiado bien. A todos nosotros acuden todavía imágenes y recuerdos. El No-Do le sirvió de propagandístico noticiario.

                Con su acostumbrada agilidad narrativa, el prolífico Juan Eslava Galán nos conduce a tan familiar como terrible lugar en Los años del miedo. La nueva España (1939-1952), publicada por Planeta en el año 2008. Sus capítulos no diseccionan sectorialmente la época, sino que apuntan hechos y figuras coetáneas con variedad y garra. Ante nosotros no sólo desfila el Caudillo y señora, acompañado de sus hombres de confianza, generales y ministros, sino también y especialmente el modesto español de infantería, que encaja penurias y represiones, que sobrevive y pasa el testigo a las generaciones siguientes tras una espantosa travesía del desierto carente de grandeza divina, pero cargada de la épica diaria de sacar la cabeza a flote.

                La obra se sustenta en un cuidadoso trabajo de recopilación de lo mucho y bueno que los investigadores de todo género han ido desvelando del primer franquismo, desde la frustrada existencia de unas prostitutas deseosas de convertirse en amas de casa a los entresijos de la tortuosa diplomacia española durante la II Guerra Mundial. En esta historia sociológica cabe el homenaje, merecido, a Álvaro de la Iglesia o a Javier Tusell, algo que los lectores avisados agradecen. Apuntando la cronología a nota de pie de página, Juan Eslava Galán escribe su particular Colmena en la que el franquismo se muestra desprovisto de altisonancia, con sus hipocresías al descubierto, en el que el ansia de vivir de muchos colisionó con las ambiciones de los que se proclamaron vencedores. Muchos se engañaron o se quisieron llamar a engaño en un ambiente de canallesca picaresca, bien reflejado en esta bonita obra.

                Víctor Manuel Galán Tendero.