EL DESPLIEGUE MILITAR DE LAS GRANDES POTENCIAS DE EUROPA OCCIDENTAL (1590-1700). Por Víctor Manuel Galán Tendero.

05.07.2017 15:13

                

                Entre 1590 y 1700 se entabló un reñido enfrentamiento por el dominio de Europa Occidental. Las grandes monarquías emplearon denodadamente los recursos a su alcance para derrotar a sus rivales. La contratación de numerosas tropas mercenarias, de procedencia variopinta, supuso un enorme aumento del gasto y de los impuestos, que ocasionó resistencias de los sufridos contribuyentes más de una vez.

                España hizo un gran esfuerzo, mucho más allá de su modesta población. En 1590 desplegó, en cifras redondas, unos 200.000 soldados, cuando Felipe II se debatía entre Inglaterra, los Países Bajos y Francia. Durante la guerra de los Treinta Años, concretamente en 1630, amplió su fuerza a 300.000. Más tarde, el esfuerzo le pasó factura. En 1650 descendió su contingente a 100.000, en 1670 a 70.000 y en 1700 a 50.000.

                Con una población muy superior, Francia no desplegó un contingente militar superior al español hasta bien entrado el siglo XVII. En 1590 los enemigos franceses de Felipe II alinearon unos 80.000 hombres y en 1630 unos 150.000. Se igualaron las tornas en 1650, con 100.000 soldados. En 1670 se alcanzaron los 120.000 y los 400.000 en 1700. Luis XIV llevó a su reino al límite.

                Entre las principales monarquías del siglo XVI, la más prudente resultó ser la inglesa, que confió más en la guerra corsaria más o menos encubierta que en la intervención directa. El envío de tropas a los Países Bajos e Irlanda no hizo subir su ejército de los 30.000 soldados en 1590. La guerra civil y la política del Protectorado condujeron a los 70.000 hombres de mediados del siglo XVII, fuerza que fue capaz de desempatar el equilibrio entre españoles y franceses en el continente. Una Inglaterra consciente de su importancia en la balanza de poderes de Europa mantuvo en 1700 un ejército un poco superior de 87.000 soldados.

                Las Provincias Unidas de los Países Bajos, cuyo núcleo era Holanda, invirtieron una gran cantidad de dinero para alinear un ejército mercenario cada vez más numeroso. Los 20.000 soldados de 1590 se convirtieron en 1630 en 50.000. El desarrollo de sus instituciones financieras le resultó de gran utilidad al respecto. Holandeses, ingleses y franceses tuvieron que unir sus fuerzas frente al poder español a finales del siglo XVI, pero en 1670 los primeros dispusieron de 110.000 hombres, más que España y casi tantos como Francia, convertida ahora en la gran amenaza de las Provincias Unidas. Sus 100.000 soldados de 1700 tuvieron que combinarse con la fuerza de otros ejércitos frente al ejército de 400.000 de Francia.

                Los contingentes de tropas nos ilustran acerca de las alternativas y los medios de las grandes potencias del belicoso siglo XVII para alzarse con la hegemonía.