EL CATALANISMO Y LA INMIGRACIÓN.

12.01.2024 20:22

               

                La inmigración ha venido preocupando al nacionalismo catalán desde hace un siglo. En 1935, Josep A. Vandellòs trató la cuestión. Le influyó el demógrafo y sociólogo italiano Gini (autor en 1927 de Las bases científicas del fascismo), defendiendo que la fuerte natalidad evitaría la pérdida de la personalidad de un pueblo a manos de elementos foráneos. Sus palabras resultan elocuentes:

                “Cataluña necesita una población creciente con mayor ritmo todavía que el resto de España, que hoy en día es bien prolífica, y que los catalanes (…) no pueden reproducirse en cantidad suficiente para satisfacer la demanda de nuevos hombres. El déficit de nuestra producción humana cada vez es más grande y exige contingentes de inmigrantes cada vez mayores. La invasión pacífica que sufrimos nos es por tanto necesaria si hemos de mantener el ritmo de nuestro progreso. Si los catalanes tuviesen la posibilidad de detenerlo y no aumentasen su fertilidad, la decadencia demográfica iría seguida por el bajón de la economía.

                “Si fuera dado el poder escoger, deberíamos hacerlo entre disminuir el bienestar de alguna generación de catalanes que se debería de reproducir más rápidamente, o esperar resignadamente una disminución importante de nuestra actividad económica en el futuro. Es el eterno problema de los pueblos decadentes, que prefieren el interés presente de los individuos a la conveniencia futura de la patria.

                “Mientras los catalanes, cada vez más divididos e individualistas, iremos perdiendo la noción de nuestras mejores esencias, se irá formando otra Cataluña con gente más fuerte, más primitiva, llena de una mayor vitalidad, que poco a poco crearía una nueva patria que no sería ciertamente aquella de la que han hablado nuestros poetas y que han querido conservar los últimos políticos de nuestra raza.”

                Josep A. Vandellòs, Catalunya, poble decadent, Barcelona, 1985, pp. 58 y 102.

                            

                Selección y traducción al castellano de Víctor Manuel Galán Tendero.