05.02.2015 22:26
I. El punto de vista de un coetáneo.
“España tenía en el ejercicio de 1923-24, descontando el producto de negociación de deuda, un presupuesto de ingresos de 2.607.824.876 pesetas y arrastraba un déficit de 575 millones.
“El 20 de enero de 1930, cuando Calvo Sotelo dejó el ministerio de Hacienda, legaba a España un presupuesto de ingresos de 3.627.173.387 pesetas, con más de un millón de aumento en los ingresos y 237 millones de superávit.
“Para lograr este resultado, evidentemente el país había de salir de la paz fiscal que disfrutaba. Se había de optar entre continuar el déficit y el desenvolvimiento cansino de España o darle un violento ramalazo para que sacudiera su modorra. Se prefirió lo último.
“Calvo Sotelo, activo y creador, no era hombre a propósito de la vida estática. Su actividad operante se enfrentó en primer término con la evasión fiscal, “planta maldita e inextinguible en España”, según frase del ilustre estadista.
(…)
“El 26 de octubre de 1926, la Dictadura publicó un decreto concediendo moratoria extraordinaria para que los ocultadores declarasen su verdadera riqueza, conminando, en caso contrario, con severas sanciones.
“Bastó esto, más la ejemplaridad y energía con que actuó el Directorio Militar en los primeros días, decapitando a los asesinos y asaltantes del expreso de Andalucía y a los atracadores de la Caja de Ahorros de Tarrasa, para que el contribuyente no quisiese contiendas con el Fisco.
“En toda España se presentaron cientos de miles de altas por industrial, territorial y utilidades. (…)
“Había entre los declarantes gentes de todas clases: modestos artesanos y terratenientes, médicos y abogados de campanillas que habían declarado tan pequeños beneficios en sus clínicas y bufetes que en un pleito o una intervención quirúrgica habían ganado la renta que declaraban en un año.
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“Pero el resultado que obtuvo fue magnífico. Sin recargar la contribución, circunscribiéndose a perseguir el fraude, la recaudación líquida por territorial pasó de 259 millones de pesetas de 1923 a 365 millones de pesetas en 1929.
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“El 25 de enero de 1927 acometió la consolidación voluntaria de obligaciones del Tesoro, a la cual acudieron 3.700 millones de pesetas –Villaverde consolidó 991 millones y La Cierva 892- dando al país una prueba palmaria de confianza en sí mismo y en el Gobierno y el ministro de Hacienda.
“En 1928 la conversión de 3.395 millones de pesetas de deuda perpetua en interior amortizable 3 y 4%, se encaminaba a aligerar el presupuesto español para las generaciones futuras, cuya existencia económica no tenemos derecho a comprometer; en 1929, la creación del Monopolio de Petróleos y sus derivados, la intervención de los cambios, la creación del Banco Exterior de España y la ordenación de zonas y depósitos francos, en la redacción de cuyo decreto-ley tuve el honor de colaborar, fueron la obra siempre dinámica del rector de la Hacienda española, que llegó a atraer no sólo la atención de España, sino también el interés internacional.”
JOANIQUET, Aurelio, Calvo Sotelo. Una vida fecunda. Un ideario político. Una doctrina económica. Santander, 1939, pp. 135-141.
II. El punto de vista de un historiador.
“En vez de disminuir, el gasto público aumentó durante los últimos tres años de la dictadura, y el déficit presupuestario se incrementó a ojos vista. La presión financiera sobre el gobierno aparece en toda su magnitud cuando se toma también en cuenta el presupuesto extraordinario.
Presupuesto 1927 1929
Ordinario 3.139.441.153 3.365.360.970
Extraordinario 449.661.581 465.068.600
Ferroviario 500.000.000 500.000.000
De las confederaciones - 50.000.000
Turismo - 25.000.000
TOTAL DE GASTOS 4.139.106.734 4.405.429.170
“Los ingresos previstos en el presupuesto ordinario (el extraordinario era íntegramente gastos) consistían en 3.258.518.000 pesetas en 1928 y en 3.399.771.082 en 1929. Dicho de otro modo, cuando Calvo Sotelo alardeaba de un superávit en 1929, tenía en realidad que hacer frente a un déficit de 1.005.658.508 pesetas, que debía cubrir mediante la emisión de deuda pública.”
Selección de datos y conclusiones aportados por Shlomo BEN-AMI en El cirujano de hierro. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), Barcelona, 2012, p. 307.
III. Datos desde Requena.
El 13 de mayo de 1924 el ayuntamiento, encabezado por don Joaquín Ferrer, reconoce en sesión municipal unos ingresos anuales de 216.331 pesetas, de los que 188.349 proceden de los impuestos municipales y 1.817 de los beneficios de sus propios bienes, como inmuebles y fincas (No se justifica debidamente la entrada de las 26.165 pesetas restantes). Se fijaron los gastos en 216.331 pesetas.
Previamente, el 3 de abril de 1924, el delegado gubernativo Alfonso Candepón Giménez nombró un nuevo ayuntamiento según el nuevo Estatuto Municipal, reduciendo el número de concejales a 18 y disolviendo la junta de vocales.
FUENTE- ARCHIVO MUNICIPAL DE REQUENA, Libro de actas municipales de 1924-26, número 2878.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.
