DE PASTOR A PATRÓN, SAN PATRICIO. Por Antoni Llopis Clemente.

17.03.2015 06:49

                

                A finales del siglo IV vino al mundo al Oeste de Britania el hijo de un decurión y diácono de la Iglesia cristiana llamado Calpurnio, que con el tiempo sería conocido como San Patricio, el patrón de Irlanda.

                Algunos estudiosos han fijado su lugar de nacimiento exacto en Avonmouth, localidad cercana a Bristol y ribereña del río Severn, donde su padre disponía de tierras. El futuro santo recordaría aquellos días en sus Confesiones, que ya encontramos en el Libro de Armagh del siglo IX.

                El mozo se hubiera hecho adulto en un entorno romano, alcanzando los honores ciudadanos, pero los días de Roma como fuerza militar en las islas Británicas se acercaban a su fin. Los guerreros celtas de Irlanda, agrupados en comitivas, se lanzaron al saqueo del Occidente britano en busca de botín y esclavos o mug, cuya única posibilidad de redención pasaba por desempeñar una dedicación especializada como la de herrero o médico.

                Patricio y sus dos hermanas cayeron en sus manos. Desde los dieciséis años fue destinado como esclavo a guardar los ganados en el actual condado de Antrim, en la esquina noreste de Irlanda. Según las Confesiones pasó seis años como pastor en constante oración. El cristianismo había llegado a Irlanda por aquella época de la mano de los comerciantes.

                El joven pastor logró escapar del cautiverio y regresó a su tierra, pero según las Confesiones tuvo una visión nocturna. Se le apareció un tal Victorico provisto de cartas que le instaban a regresar a Irlanda. Fue una manera tradicional de legitimar la evangelización de la isla, digna de las sociedades antiguas.

                Antes de llevar a cabo su misión tuvo que ser ordenado sacerdote, no quedando claro si fue en el Sur de las Galias o en el Norte de Britania.

                Patricio estableció la sede de la Iglesia irlandesa en Armagh, en el Norte de la isla, y procuró por todos los medios instaurar la organización episcopal, lo que le ocasionó demasiados problemas. Patricio nunca fue consagrado obispo y no tuvo más remedio que responder ante las autoridades eclesiásticas de usurpación de autoridad.

                Su mundo, por otro lado, era el de un potentado romano gustoso de la vida urbana, lo que no coincidía con la visión de la aristocracia gentilicia de los celtas irlandeses, que se sintieron más cómodos promoviendo las comunidades monásticas.

                El cristianismo se adaptó a las particularidades culturales de la isla para ser aceptado. Se transigió con la festividad de samhain bajo la forma de Todos los Santos, cuando este mundo y el otro entraban en comunicación para que los difuntos visitaran a sus familiares vivos.

                Se ha venido considerando el 17 de marzo del año 461 la jornada en la que falleció, naciendo para la vida eterna según las creencias cristianas. Algunos estudiosos han considerado fechas más tardías de su muerte, llegando a abogar por la existencia de hasta tres personas distintas bajo la figura de San Patricio.

                                                

                El antiguo pastor pronto fue honrado con leyendas que alcanzaron una gran popularidad entre las gentes. Desde la cima de Croagh Patrick en el condado de Mayo, en el Oeste de Irlanda, hizo desaparecer a todas las serpientes de la isla verde. Explicó al rey de Tara, el gran centro pagano hasta el siglo VI, el misterio de la Santísima Trinidad con las tres hojas del trébol, el símbolo irlandés por antonomasia. Tales relatos nos transmiten la cristianización de un país que se puso a la vanguardia de la evangelización del Norte de Europa.

                Con el paso de los siglos el catolicismo se convirtió en uno de los signos de identidad más claros de Irlanda, enfrentada a las apetencias de la Inglaterra protestante, celebrándose la festividad de San Patricio con júbilo entre todas las comunidades irlandesas del mundo.