DE HALLOWEEN A TODOS LOS SANTOS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

01.11.2023 11:38

               

                Los estudiosos del calendario celta de Coligny comprobaron hace muchos años que entre finales de nuestro mes de octubre e inicios del de noviembre los pueblos celtas celebraban Samain, Samhain en Irlanda. Era el comienzo de su año. Por ello, se encendían hogueras sagradas, que dispensaran a lo largo del nuevo año luz, calor y otros elementos favorecedores de la vida. En Irlanda, isla de Man, Escocia, País de Gales y Bretaña todavía hoy se encienden hogueras durante estos días de celebración. Samhain era de tal relevancia que los celtas de Irlanda consideraron que en aquel día se enfrentaron los dioses, falleciendo entonces el héroe Cú Chúlainn en combate contra los ejércitos de la reina Medb.

                Los druidas, consumados especialistas en las artes de la magia, oficiaban sus ceremonias. Entonces se podía vaticinar, pues se pensaba que al situarse la fiesta entre dos períodos anuales muy distintos se abría una puerta con el mundo del más allá. Los difuntos, según los celtas, se encontraban más en sintonía con el invierno que con el verano. Los actos, correspondientes a nuestro primero de noviembre, se iniciaban con la puesta de sol del día anterior, el 31 de octubre, ya que la oscuridad alentaba a las fuerzas mágicas. Duendes y hadas podían ser vistos. Los espíritus de los difuntos volvían a sus antiguos hogares familiares, donde se calentaban y preparaban de cara al invierno. Era la noche más larga y alegre de todo el año para los celtas, que hoy en día se celebra como la noche de las brujas.

                Con la cristianización de los pueblos celtas, la Iglesia católica estableció el 1 de noviembre como festividad de Todos los Santos y la de los difuntos. Fue el abad benedictino de Cluny Odilón (994-1049) el que introdujo la fiesta de los fieles difuntos, finalmente adoptada en el siglo XIV por la liturgia romana. No obstante, las viejas costumbres se mantuvieron durante mucho tiempo. En Lombardía se encendían lucecitas la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, y muchas familias esperaban la llegada de sus difuntos. La popularidad de Halloween en Estados Unidos está fuera de toda duda, llegando también a España.

                Para saber más.

                Jean Markale, Los celtas y la civilización celta. Mito e historia, Madrid, 1992.