CIFRAS CON HISTORIA. La significativa producción de cereal en España (1850-1930).

30.07.2016 15:57

                

                La Historia de la España Contemporánea no ha sido enjuiciada con benevolencia hasta hace unas cuantas décadas. En relación a la Gran Bretaña convertida en la pionera de la industrialización, España presentaría serias deficiencias en su estructura económica. Con un sector agrario poco modernizado por razones sociales y políticas, la industria española carecería de un mercado interior potente para despegar con igual celeridad. En esencia esta era la tesis del fracaso de la Revolución Industrial de Jordi Nadal.

                Con los años el mismo autor fue modificando sus planteamientos iniciales y apuntó ejemplos de éxito como el de la agricultura valenciana que favoreció la industrialización del territorio posteriormente. Se reconsideró la importancia de la transformación de las instituciones económicas alentada por el liberalismo, verdaderamente profunda, y se revaluó nuestro comercio exterior, afectado inicialmente por la pérdida de las Indias.

                La agricultura también mereció una justa revisión a cargo de autores como Ramón Garrabou y Juan Rivero Corredera, que ha apuntado la visión positiva del crecimiento agrario español en los agrónomos, economistas y geógrafos de los siglos XIX y XX, cuyos datos son bien elocuentes. En 1820 la aplicación de medidas proteccionistas en la producción del cereal alentaría un proceso cuyos frutos eclosionarían entre 1850 y 1930.

                De 1850 a 1875 la producción de cereales en España varió de 60 a 70 millones de hectolitros, los rendimientos variaron de 9 a 10´5 hectolitros por hectárea y la superficie semillada de 6´5 a 7 millones de hectáreas. Fue a nivel general un tiempo de expansión.

                Con la crisis mundial de sobreproducción de cereales se produjo un retroceso de la superficie sembrada a 6´6 millones de hectáreas entre 1880 y 1900. Como los rendimientos superaron los 11 hectolitros por hectárea se pudieron alcanzar los 75 millones de producción.

                Hasta 1930 la superficie dedicada a los cereales en nuestro país volvió a crecer hasta los 9 millones de hectáreas, los rendimientos sobrepasaron los 13 hectolitros por hectárea y la producción llegó a los 127 millones.

                En la década de los treinta el sector se enfrentaría a los problemas de una depresión mundial, que en España se acompañaría de una temible guerra civil. En el futuro superaría una no menos temible postguerra y afrontaría las inevitables dificultades de la integración económica en espacios de mercado más amplios.

                Víctor Manuel Galán Tendero.